Las gafas de sol deberían ser un complemento indispensable durante todo el año, más aún en un país como el nuestro, en el que las horas de luz son mayores que en otros países de nuestro entorno. Pero cierto es que cuando más pensamos en ellas, cuando más necesarias se vuelven, es en los meses de verano. Por eso, nos hemos planteado qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir unas gafas de sol de calidad, que nos den garantías de que cuidan de nuestra salud ocular.
“Las gafas de sol son un complemento imprescindible con la llegada del verano, pero debemos escoger aquellas que realmente nos protejan, que cumplan la normativa vigente y que nos ayuden a prevenir problemas oculares”, nos cuenta la doctora Clara Martín, oftalmóloga de Clínica Baviera, quien nos resume la importancia de tener en cuenta factores como los siguientes:
-Certificado CE. Las gafas deben llevar en la patilla la marca CE, la identificación del fabricante o distribuidor y la referencia del modelo.
-Tener la precaución de comprar este producto en lugares certificados y con garantías. Evitar mercadillos o gafas de regalos que van vinculadas a ciertas promociones es imprescindible para evitar futuros problemas.
-Seleccionar el color adecuado de las lentes ya que, aunque pueda parecer una cuestión de moda, no lo es. Los tonos naranjas y amarillos, por ejemplo, son perfectos para ambientes con niebla para conducir, los marrones para el astigmatismo y la miopía o el verde, para la hipermetropía.
-Debemos tener en cuenta el tipo de filtros. Estos van del 0 al 4, siendo las del número 0 las gafas de lente clara que se suelen usar para conducir, las del 1 son para espacios de luminosidad leve; las del 2 y el 3 son las más habituales y se recomiendan para los deportes o para ir a la playa; y, finalmente, las del 4 son las más oscuras y por tanto son las mejores para ambientes de sol extremo.
-Elegir lentes fotocromáticas, polarizadas o espejo. Los filtros fotocromáticos se adaptan a la intensidad lumínica y de radiación UV del ambiente y se oscurecen o aclaran según la radiación ultravioleta recibida. Los filtros polarizados están recomendados para actividades al aire libre, ya que filtran el exceso de luminancia, eliminan reflejos y evitan deslumbramientos.

Elegir bien los filtros
La elección del filtro sí que es especialmente importante, ¿qué debemos tener en cuenta? La experta de Afflelou nos recuerda que los filtros se clasifican con números del 0 al 4, siendo el 0 el filtro más suave y el 4 el que bloquea la mayor cantidad de luz. Para un uso cotidiano y urbano, los filtros más habituales son los de categoría 0, 1, 2 y 3.
“Los filtros más altos (3 y 4) suelen dedicarse a lentes especializadas para deportistas de alta montaña o de mar. No obstante, la primavera y el verano se caracterizan por tener unas condiciones de luminosidad bastante elevadas, por tanto, se recomienda escoger un filtro de categoría 3, que indica que tiene una capacidad para absorber entre el 82% y 92% de luz. Otro aspecto a tener muy en cuenta es que no se pueden utilizar cristales de categoría 4 para conducir”, explica.
“Los filtros indican la cantidad de absorción lumínica visible, no de absorción de radiación. Es importante no caer en el error de que una lente muy oscura protege de la radiación UV, ya que es el material el que debe absorber o repeler la radiación, no el color que lleva incorporado la lente. Estos filtros o lentes se tienen que adaptar a las necesidades de luz, ya que no es lo mismo unas gafas en días nublados que soleados o las que se deben utilizar en la playa o montaña o mientras conducimos por una carretera nublada. Por eso, es tan importante la asesoría de profesionales optometristas que nos aconsejen sobre la mejor opción según nuestras necesidades”, nos cuenta la oftalmóloga. El caso de las gafas de sol polarizadas destaca por tener un filtro especial que bloquea la luz reflejada y deja pasar únicamente la luz útil, eliminando reflejos y consiguiendo una visión, un contraste y un color mucho más naturales, cuenta la experta.